ISLA DE ALBORÁN

La Isla de Alborán se localiza a 56 Km. al Norte del Cabo Tres Forcas (Marruecos) y a 90 Km. al Sur de la localidad almeriense de Adra, dentro del Mar al que da nombre. Desde una perspectiva aérea tiene forma de triángulo isósceles cuya base se sitúa al Suroeste y su ángulo menor hacia el Noroeste; su longitud y anchura máxima es de 605 por 265 metros respectivamente, ocupando una extensión aproximada de 71.200 metros cuadrados. La superficie es llana presentando desniveles inapreciables desde el mar y alcanzando una altitud máxima de 14,2 metros. A 100 metros en dirección Noroeste se sitúa el Islote de La Nube y otro pequeño roquedal. En el centro de la Isla hay un canal subterráneo que la traspasa de parte a parte y que es navegable con buen tiempo, denominado "Cueva de las Morenas".

La mayor parte de su perímetro está constituido por acantilados fuertemente erosionados por la acción marina, siendo frecuentes los desplomes, formando singulares estructuras pétreas similares a las que aparecen en la playa de Mónsul (Níjar). Existen tan solo dos pequeñas playas que se han formado al amparo de sendos embarcaderos, situados a poniente y levante en la vertiente Sur de la Isla.

Entre las escasas infraestructuras con las que cuenta el islote destaca su faro del Siglo XIX, siendo el edificio más importante e identificativo del mismo; su base está formada por un complejo construido en piedra y sillería. Desde 1860 ha estado habitado de forma regular por fareros, de cuya existencia quedan como testimonio las tres tumbas que aparecen en el pequeño cementerio de la Isla, fuera del cual existe otra que según algunos autores correspondería a Al - Borany, corsario tunecino que dio nombre a la misma. Actualmente, el faro de Alborán está totalmente automatizado y se alimenta a través de energía solar, dependiendo su mantenimiento de la Autoridad Portuaria de Málaga. Entre las demás construcciones destacan un barracón prefabricado del destacamento de Infantería de Marina, una granja, un mirador con una placa conmemorativa del destacamento naval de Alborán a sus jefes fallecidos en acto de servicio, un helipuerto que permite la comunicación aérea con la Península, un campo de fútbol, algunos caminos de tierra, un observatorio sísmico y un escudo de la Armada Española visible desde el aire. Carece de agua potable, salvo la de los aljibes que son abastecidos regularmente por barcos de la Armada. Cabe destacar que la Isla es punto de enlace del cable telefónico submarino que une a las ciudades de Almería y Melilla.

Principales características físicas.

La Isla de Alborán es un testigo geológico del primitivo Macizo Bético Rifeño que hace más de 300 millones de años, durante el Paleozóico, permanecía emergido en la vertiente occidental del Mar de Tethys, uniendo los primitivos Continentes Europeo y Africano. Su origen es reciente dentro de la geomorfología del Mediterráneo y tubo lugar a partir de las manifestaciones volcánicas que acontecieron en el área durante los plegamientos alpinos del Mioceno y Plioceno, a partir de los cuales apareció la Isla como resto de una caldera explosiva. Posteriormente debió sufrir procesos de inmersión durante la fase más cálida entre las glaciaciones de Riss y Würm que produjeron una notable subida de los niveles de agua del Mare Nostrum, como lo ponen de manifiesto los sedimentos marinos que aparecen en su superficie. Desde entonces y a hasta la actualidad esta Ínsula sufre un proceso irreversible tanto de desgaste erosivo, como de desplome dentro de la cordillera submarina sobre la que se asienta, que acarrea un lento pero constante hundimiento de su superficie.

Como el resto de las Islas almerienses se caracteriza por su origen volcánico. Su suelo está compuesto por andesitas piroxénicas, roca característica de las emisiones magmático eruptivas, recubiertas por depósitos mas recientes de arenas finas y gruesas, arcillas y limos. Algunas de estas andesitas presentan una variedad única rica en calcio, sin olivino y con incrustaciones de hiperstena, que han dado lugar a un nuevo mineral descubierto por Becke en 1899 y denominado alboranita. Otros minerales frecuentes que aparecen en la constitución de sus arenas y rocas son la augita, la calcedonia, la hornblenda, la magnetita, la goethita, el hematite y la ilmenita.

Los fondos que la bordean, rocosos y muy abruptos, descienden en fuertes pendientes hasta alcanzar los 60 metros, donde son substituidos por la plataforma continental que rodea y separa a la Isla de simas de hasta 1500 metros de profundidad y que corresponden a la cordillera submarina sobre la que se asienta, dividiendo al Mar de Alborán en dos Cuencas: una Oriental y otra Occidental.

El clima de tipo subtropical mediterráneo desértico es muy seco y está expuesto a vientos de poniente y de levante, destacando los procedentes del Sáhara que acentúan aun más su aridez.

Fauna y flora.

Las especiales características del área como su aislamiento geográfico, la aridez climática, la presencia de fuertes vientos y una atmósfera impregnada en sal, así como el carácter arenoso de su suelo sin apenas capacidad para retener agua, influyen directamente en su tapiz vegetal. La procedencia de las distintas especies que componen su flora se debe tanto a la traslación se semillas por incursiones humanas desde África y Europa, como por las deposiciones de las aves que se han aposentado en la Isla durante sus viajes migratorios.

La cubierta vegetal está compuesta por matorrales rastreros correspondientes a doce especies diferentes de fanerógamas. Entre estas cabe destacar la presencia, como especie más abundante, de Frankenia corymbosa forma alboranensis nova, con flores de color rosado vivo y cuyas raíces son parasitadas por Tylenchorhynchus alboranensis, un nemátodo autóctono de la Isla. Otras especies endémicas o que presentan variaciones significativas con respecto a sus poblaciones originales son las compuestas Senecio alboranicus maire y Abacyclus alboranensis nova, así como la crucífera Diplotaxix siettiana maire, planta crasa de frutos y flores amarillos.

Entre los invertebrados terrestres destaca el caracol Helix pisana vrd. alboranensis, endémico y en peligro de extinción, así como algunas especies de arácnidos, lepidópteros y coleópteros como zophosus alborana, especie propia de la Isla. No podemos obviar la abundante presencia de cucarachas, citadas ya a principios de siglo. Los únicos vertebrados terrestres capaces de colonizar su superficie son algunas comunidades de aves marinas de carácter pelágico. Tanto la gaviota patiamarilla como la de Audouin o corsa nidifican en su rasa superficie al abrigo de algún matorral. La presencia de la última especie es muy reciente y debe estar relacionada con la importante colonia de nidificación que mantiene en las Islas Chafarinas, al Norte de Melilla. Ambas son principalmente piscívoras, aunque durante los pasos migratorios que realizan multitud de pajarillos entre África y Europa, como la abubilla, la lavandera blanca o el gorrión moruno, son incluidos en su dieta aprovechando la debilidad de los mismos durante dicho período. Recientemente hemos podido comprobar la nidificación en el Islote de la Nube de la más pequeña de las aves marinas europeas, el paiño común. Además de las anteriores es frecuente la observación durante el invierno y los movimientos migratorios de otras especies como el alca común, el gavión, el frailecillo, las gaviotas reidora, sombría, picofina, cana, enana, tridáctila y cabecinegra u otras grandes aves marinas como el alcatraz común o los cormoranes grande y moñudo, que suelen descansar en alguno de los roquedales de la Isla. La presencia en semilibertad de aves y mamíferos domésticos para su consumo por parte de la guarnición militar, como gallinas, faisanes y conejos, debería estar estrictamente controlada por el daño potencial que pueden causar a la escasa flora insular.

Los Fondos Submarinos de Alborán:

El Mar de Alborán actúa como una enorme válvula de conexión entre el Océano Atlántico y el Mar Mediterráneo. Las aguas del primero, menos saladas, se superponen a las mediterráneas que quedan en el fondo. Asimismo, su mayor concentración de oxígeno disuelto favorece el desarrollo de fitoplancton y zooplancton, creando las condiciones idóneas para el asentamiento de un importante banco pesquero rico en especies de alto valor culinario y económico como el mero, el jurel, la gamba roja, el pulpo, la sepia o el calamar, entre otras muchas, que han sido explotadas tradicionalmente por las diferentes civilizaciones que se han asentado en ambas orillas mediterráneas y que, actualmente, constituyen uno de los principales caladeros de la flota pesquera almeriense.

Las especies animales y vegetales que pueblan los fondos rocosos de la Isla, se distribuyen en base a la profundidad y luminosidad de sus aguas. En las más superficiales y ancladas sobre las piedras destaca una lapa que llega a alcanzar hasta 10 cm. de diámetro (Patella ferruginea) y que se encuentra en peligro de extinción. En estas cotas se desarrollan pequeños bosquecillos compuestos por algas arborescentes de los géneros Cystonea, Dictyota y Sargassum, donde vive una especie rara de "babosa" denominada Parablennius pilicornis. Descendiendo unos metros, estas comunidades van siendo sustituidas por formaciones coralígenas compuestas por algas rojas calcificadas del género Corallina. Entre los 15 y 40 metros de profundidad aparece uno de los fondos más ricos y representativos de Alborán, las grandes praderas de laminarias, algas pardas de origen atlántico que alcanzan más de dos metros de longitud y que dan cobijo a multitud de peces, esponjas, madréporas, anémonas, moluscos, braquiópodos, bivalvos, poliquetos y equinodermos, entre los que destaca una rara estrella de mar de color anaranjado llamada Chaetaster longipes.

Los extensos fondos de coral rojo que le han dado fama están compuestos por colonias que agrupan a miles de pólipos que, adheridos a las rocas, forman estructuras arborescentes que alcanzan un alto valor comercial. Realmente no son corales propiamente dichos , sino gorgonias. Su explotación incontrolada ha provocado la práctica aniquilación de la especie en al zona. El uso de algunas artes actualmente prohibidas, como la barra italiana que destruye indiscriminadamente los fondos para aprovechar una ínfima parte de sus recursos, han sido las responsables de la actual situación.

Datos históricos:

La Isla de Alborán pertenece al Estado Español y administrativamente al Ayuntamiento de Almería, en concreto a su distrito 3º, como aparece reflejado en una Real Orden de 1884, así como en la Colección Legislativa de la Armada de dicho año.

El nombre de la Isla procede, según las fuentes consultadas, del corsario tunecino Al - Borany que, como tantos otros piratas berberiscos, utilizó este islote como lugar de refugio y fondeadero para el asalto de multitud de incautos navíos y en sus tropelías sobre las costas mediterráneas de ambos continentes.

El primero de octubre de 1540 tubo lugar una sangrienta batalla junto a la Isla, que ha pasado a la historia con el nombre de Combate Naval de Alborán. La escuadra de galeras de España al mando de Bernardino de Mendoza esperó, refugiado en la Isla de Alborán, la llegada de una flotilla de corsarios berberiscos compuesta por 16 buques con una tripulación de más de 2.500 hombres distribuidos entre galeras, galeotes y fustas, al mando de los jefes Caramamí y Alí Hamet, antiguos aliados del pirata Barbarroja, que habiendo partido en agosto desde Argel regresaban a puerto tras haber saqueado Gibraltar. La batalla se zanjo con el hundimiento de un navío berberisco y el apresamiento de otros 10, dándose a la fuga el resto. Durante la lucha murieron más de 630 personas resultando heridas otras 500.

Entre las anécdotas relacionadas con la Isla, destaca la concesión por parte del General D. Francisco Franco Bahamonde, el 1 de abril de 1950, del título nobiliario de Marqués de Alborán al Almirante D. Francisco Moreno Fernández, quien fue nombrado Capitán General del Ferrol en 1939, cargo que desempeñó hasta su fallecimiento. El 3 de noviembre de 1982 se expidió Real carta de sucesión a favor de D. Francisco Moreno de Alborán y de Viena.

En la década de los sesenta acontecieron varios intentos de asentamiento ilegal en la Isla por parte de pescadores de la entonces Unión Soviética, que llevaron al Gobierno español al establecimiento permanente de un destacamento de Infantería de Marina. Actualmente, el control de estas "incursiones"dentro de territorio español, no van vinculadas a los valores estrictamente militares, como punto geoestratégico de control del tráfico marítimo entre el Mediterráneo y el Atlántico, sino a intereses económicos derivados de la riqueza pesquera de sus caladeros, codiciada por países del Norte de África como Marruecos. Esta situación ha determinado la reciente decisión del Ministerio de Defensa de dotar de nuevo a la Isla de un pequeño destacamento permanente de la Armada, tal y como se había mantenido hasta el inicio de la década de los noventa.