Leído por el hermano Manuel Tejeda en el acto de homenaje y despedida a Chabela.

A CHABELA, “CASCABELITO”

Muchos pasamos por esta vereda terrenal pisando como charquitos de agua, más o menos clara, más o menos turbia. Las huellas se borran también más o menos pronto...

Tú, ISABELITA TEJEDA CABALLERO, CHABELA, “La Cascabelito”, has pasado pisando amorosamente como por un prado cuajado de flores en rompiente primavera; campanitas, amapolas, margaritas que se mecían y tintineaban en milagrosos sones de alegres cascabelitos, música de rítmica percusión para acompañar el movimiento clásico de un Vivaldi.

Chabela pasa por el prado y entre tintineo y tintineo deja un entrañable grupo escultórico modelado con amor, muchísimo amor, y cariño, muchísimo cariño, que primero fue carne enamorada y después barro imperecedero; memoria para siempre de un espíritu sensible y poético.

Te llegará, sin duda, Chabela, “Cascabelito”, el tin-tín de la campanita de nuestra Dehesa de La Luz. Es el saludo del hermano Germán que ha tiempo se encaramó en un cancho de extremeñísimo granito.

Te llegará Chabela, “Cascabelito”, una fuerte brisa mediterránea. Te la envía el hermano Regino desde la Isleta del Moro, muy atareado como está cabreando morenas y jugando con meros en sus covachuelas.

¡Ah! Una advertencia: si pasa el abuelo en su veloz “Paloma”, no montes, ya sabes como apretaba el acelerador...

Desde “El Bohío”, en la sierra alicantina, María y yo, miraremos por la noche la estrella que más brille cuando nos llegue el momento de seguir tu alegre senda –supiste sonreír hasta el último instante-. Todos los que tanto te queremos, oiremos, sin duda, tintineos cascabeleros y diremos: “Vamos bien; seguro que por aquí anda Chabela, la Cascabelito”...

Porque nos veremos, hija, esposa, madre y hermana ejemplar, y ejemplar la fidelidad, que nos has mostrado, a tus convicciones más personales....

Besos, muchos besos de todos, CHABELA

Cáceres, 19 Junio 2004

 
Leído por el cuñado Germán de Manuel en el acto de homenaje y despedida a Chabela.

HASTA SIEMPRE QUERIDA ISABEL

En primer lugar, y en nombre de toda la familia, queremos agradecer vuestra presencia en este acto.

Por respeto a la memoria de Isabel, no vamos a celebrar ningún acto religioso. Ahora y en este momento todos la recordaremos con cariño, e incluso con alegría, en momentos de tremenda tristeza.

Dice un sabio refrán castellano: "la pena dura, con mucho pan se cura". Es tan solo el pan del tiempo el que nos libera de la brutal tragedia que representa la pérdida del ser querido.

Los que compartimos con Isabel lecturas y reflexiones, podemos concluir que su actitud vitalista nace como consecuencia de una idea que reflejó como nadie León Felipe en su poema "Sé todos los cuentos":

Yo no se muchas cosas, es verdad.
Digo tan solo lo que he visto.
Y he visto:
Que la cuna del hombre la mecen con cuentos
que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos
que el llanto del hombre lo taponan con cuentos
que los huesos del hombre los entierran con cuentos
y que el miedo del hombre .....
He inventado todos los cuentos
Yo sé muy pocas cosas, es verdad
pero me han dormido con todos los cuentos
y sé todos los cuentos.

Hay muchas Isabeles en Isabel:
La esposa, amante y confidente, amiga.
La madre cálida y acogedora al más puro estilo de las mammas sicilianas. Crió y educó a sus hijos, y también a los nuestros. Sus hijos, y los nuestros, descubrieron la ilusión y la fantasía de su mano, no de la de Walt Disney.
La hermana, siempre atenta y cariñosa, a veces cómplice.
La pintora, la escultora, la lectora, ávida de nuevos mundos e ideas. Para ella leer era como "vivir otras vidas"
La espléndida cocinera. Los que tuvimos la suerte de probar sus guisos damos buena fe de ello.
La mujer que cambió la caridad por la solidaridad. La inmensamente solidaria Isabel.
La buceadora. Algunos tuvieron la suerte de compartir sus inmersiones en las claras aguas de Cabo de Gata.
Nunca subió al cajón de ningún Gran Premio de Motociclismo, pero muchos recordarán su permanente sonrisa en las concentraciones a donde acudía con su flamante Piagio Typhoon, junto con su marido y su Ossa Enduro.
Aún recuerdan con cariño los scouts su versátil furgoneta, ya transporte, ya vivienda, ahora comedor, quizás ambulancia.
Fe ciega nunca profesó, pero confiaba en la medicina, en la ciencia ...

En estos momentos, cuando la emoción nos embarga, todos los que estamos hoy aquí tendremos otros muchos perfiles de Isabel, fruto de las propias vivencias de cada uno con ella. Todos ellos conforman la extraordinaria Isabel, que nos regaló felicidad en múltiples ocasiones de nuestras vidas.

También en estos momentos, la familia y los amigos queremos tener un especial reconocimiento para Eugenio, su compañero, por la abnegación, cuidados y cariño que profesó a la "causa de Isabel". Para él esta causa fue una cruzada que libró durante la larga marcha del desierto. Probablemente la Isabel que ahora estamos recordando, habría sido otra sin su concurrencia. Todos te estamos inmensamente agradecidos.

Igualmente nuestro agradecimiento a Monti, fiel escudera de la misma causa. Monti, te queremos.

Y para ti Isabel, como nos gustaba cantar en nuestros tiempos mozos:

¡Hasta siempre Comandante!
¡Hasta siempre Isabel!

Cáceres, 19 Junio 2004

 
Carta de Paula a Chabela, en su primer cumpleaños sin su querida hermana gemela.

ENCINAS Y CARACOLAS

Querida hermana: Hoy día 28 de abril es nuestro primer cumpleaños separadas. Y hoy por fin, recorrido este pequeño intervalo de tiempo, en solitaria tristeza, ya puedo escribirte para hablarte de mis sensaciones, tras tu ausencia. Deseo hablar contigo hermana mía, desde mi aislamiento, desde mi silencio y desde una tranquilidad "muy currada", gracias al talante y energía que heredamos de nuestra Madre. ¡Y tú que me dabas las gracias por cuidarla día a día! ¡Gracias a ti amada mía!

¡Te debo tanto..! Porque ya no soy si tú no eres. Tú me hacías; ahora tengo que hacerme de nuevo yo sola. Hoy en nuestro cumpleaños, no quiero que me feliciten solo a mí., porque ya no tendremos más cumpleaños felices. El abril de nuestras vidas se ha detenido, se quedó en esa maldita noche, gélido. No quiero que me feliciten a mi sola…, no tiene ningún sentido; porque se fue mi primavera cuando estabas dormida, dolor sin solución, amor sin compañera, esperanza rota; ¡Te llevaste tú mí primavera! Hoy mis felicitaciones, serán por ti y para ti.

Tampoco quiero consuelo de fuera, detesto compartir mi duelo; un duelo que en otras tristes ocasiones fue el duelo de las dos. Ahora es mi propia ceremonia individual, a tu ida, a tu muerte, como si no fuera un final absoluto. Quiero pasar mi duelo en privado y tranquila, bombardeando mi mente con imágenes de tantos momentos buenos y malos que compartimos juntas.

Hoy mi duelo es mi homenaje, mi metáfora, una forma de nombrar tu amor hermana; de anhelos y deseos, de aceptar que se nos rompió la cadena, asumir que la muerte pudo con nuestro fuerte vínculo y armonía.

Nuestro, fue el privilegio de nacer juntas, ni los dioses del Olimpo tuvieron tal fortuna. Crecimos siendo cómplices incondicionales una de la otra; nos educaron en el respeto a la libertad, a la vida. Éramos una misma, un "sólo corazón".

¡Todo era maravilloso! Nos decíamos: "Juntas menos en la muerte, la que viva resiste". Y añadías: "Pero la primera yo". Hasta en eso me ganaste, hasta para irte antes.

Siempre pensamos que esto sucedería mas tarde en nuestras vidas, éramos tan felices, el humor no nos faltaba y con tantas ilusiones. ¿Se puede hacer tanto daño, aún sin querer dañar? ¿Por qué no se quebrantó nuestra promesa?.

Juntas disfrutamos la increíble experiencia de criar a nuestros hijos, con sus risas, con sus llantos, con sus juegos y trastadas incluidas, personalidades distintas, pero, ¡qué buenos eran todos!, ¡Qué alegría y qué fiestas! Claro que tú, como siempre, eras la madre y la maestra.

Hoy, pasado este tiempo, aún tengo la sensación de irrealidad. No puedo creer que hayas muerto, que mi persona tan amada esté muerta.

Nada más dejarme aquella noche manchada de negro, quedé aturdida, confundida, tuve sensación de soledad, afloró en mí un sentimiento tan doloroso al decirte adiós, que tuve la tentación de irme contigo: grandes deseos de encontrarte; dejaste mi mundo "patas arribas". Intenté afrontar la realidad del momento, así tú lo hubieras querido, porque la muerte está mas allá de cualquier control. Pero no puedo cortar mi tronco, ¿qué harían mis verdes ramas?.

Hermana, tras tu muerte, yo no podía llorar, estaba entumecida, adormecida emocionalmente. Eso me ayudó a afrontar tu funeral, y la tragedia se me hizo menos dura. Estuve segura de que me diste fortaleza, que la ayuda sólo pudo ser tuya.

Luego te llevaste mi esperanza porque no tengo tu voz, porque no tengo tu risa, porque no tengo tu olor, porque no tengo tu vida, que hasta entonces era mi vida. Pero sigues siendo vida. Porque eres poesía: ¡prolóngate hermana mía, para que siempre seas poema y déjame que te lea día a día, letra a letra, verso a verso, para poder seguir labrando surcos en tu vida! Porque hoy tú duermes sobre una nube y yo despierta sobre una cama, riendo en pleno duelo, llorando en plena fiesta.

Quisiera que tu muerte fuera sólo un sueño, del que me arropo para no despertar muriendo; morir cuando amenaza el alba, morir bajito entre las sábanas... Pero no puedo cortar mi tronco, ¿qué harían mis verdes ramas?.

La muerte es caprichosa, es la condición de la propia vida; pero yo tal vez envejezca y tú seguirás siendo joven, seguirás siendo bella.

Hermana quise ganarle al tiempo, horas de amor, acariciando tu cuerpo...; ¡Pero de tanto arar tu piel, se me quedó entre los dedos!.

Apreté tus manos para que no me dejaras -como si yo tuviera derecho sobre tu muerte-, pero ya tenías anhelos de libertad y con gran pena en mi alma..., te las solté para dejarte marchar. Ahora aprieto las mías y me consuelo pensando que eran, las cuatro manos, par a par, iguales.

Me miro en el espejo para recuperar tu imagen, pero mi imagen ya no es la tuya, aunque fuéramos tan iguales. Tú eras belleza interior, eras literatura; tú eras arte -¡como tantas muestras nos dejaste!-, emprendedora y vital, mi idealización simbólica, mi icono de pasión, única e irrepetible, ¡mi siempre armoniosa hermana...!.

Tú, mi fuerte y dulce hermana y tu andadura, en tu saco de vida, vida mía, llévate un gran amor de compañera, llévate en tu saco, hermana mía, un algo de mis sueños cada amanecer. Que en tu saco reposen y se agiten, que en tu saco de vida y en tu muerte, viva el amor que quieres, amiga mía.

Chabelita, eras torrente de agua fresca, que después de regar raíces y amamantar vidas, te fuiste al mar con tus caracolas y al campo con tus encinas. Te abrazo en las encinas de nuestra cuna arroyana y en las olas que, una a una, te regresan a la playa. Quisiera cubrir de besos esas tus tumbas pérdidas y que me los devuelva el eco de tu cascabel en vida.

Hermana, tal experiencia en el dolor tengo, que he llegado a alabar la locura. ¡Ayúdame, querida mía, a superar esta amargura para encontrar ya la calma y mi tranquilidad perdida! ¡Envíame corazón, esa tu paz interior, y te prometo, mi niña, no más lagrimas...! Porque si mi ánimo fuera tu ánimo y mi risa tu alegría, yo te juro, mi cielo, que seré la más fuerte "magnolia de acero" de la película que tanto nos gustaba.

Qué pobres se me quedan las palabras ante tantos sentimientos... Son tantas cosas, tantas ideas, tan sencillas, tan complejas, tan cotidianas, tan pequeñas, tan profundas, que conforman nuestra esencia, lo de tan “adentro”, tan intimo que no se puede fraccionar, porque es un todo, lo inexplicable que se puede sentir pero no se puede explicar. Ese algo que estaba dentro de nosotras, que ahora forma parte de mí…, de la verdad, la esencia última y pura que ahora es parte de mí ser, que estaré rescatando siempre, para que no se pierda esa sustancia indispensable en mi naturaleza.

Será una carta interminable, será reescrita con otras palabras pero con la misma esencia porque brotan del mismo manantial.

Quiero pensar que hoy no estarás sola. Quiero creer que Germán, Regino, todos los abuelos, Mercedes y tantas personas queridas estarán contigo. Hoy lo creo por ti.

Pero cuando ya pueda encarar el futuro y recupere mi ilusión perdida, yo te heredaré, y con una renovada alegría, derramaré tus palabras y esencias, sobre los venideros nietos, sobre mi herencia de encinas, de jaras, de caracolas...; seguiremos juntas en el recuerdo, en la memoria, en mi ser, te nombraré constantemente con orgullo…

Así debe ser hoy y será para siempre, de entrañable nuestro amor HERMANA mía.

Paula

Cáceres, 28 Abril 2005

 
Carta de Paula a Chabela, en su segundo cumpleaños sin su querida hermana gemela.


De "Alas"

Hermana del alma:

El libro de la cuenta de los días me impondrá cada año un 28 de abril y me traerá otro sueño por cumplir, y otra herida y otro borde.

Volveré a soñar. Regresaré a la magia de todo es posible, y dibujaré primeros pasos otra vez.

Y yo aceptaré mi viaje en solitario, y las arrugas impares de mi frente, y mis canas, y mis manchas, y mis años sin ti.

Son los otros los que insisten en dolerse, cada vez que te ven en mi rostro. Yo no, yo sólo me quedé con tu sonrisa, cuando tú te llevaste la mía.

Has sembrado las ramas de tus ramas, las que tú sembraste en el patio y todos los esquejes se parecen a ti.

Y ahora, apareces cada día en el espejo, muda, insistiendo en la muerte que esperaba al final del invierno, buscando mis ojos y mi boca.

Y me invade tu olor, y tu piel, y tu risa, y tu forma de andar.

Y cuando yo muera, dejad que mi polvo y el suyo se busquen, y llevadme con ella.

….Y sin embargo, algunos me llaman por tu nombre, todavía, pero se pierden en la confusión de no podernos confundir, hermana mía.

Paula

28 de Abril de 2006